Ya ha pasado mucho tiempo, y es increíble, que nunca llegas
olvidar a una persona del todo. Nunca habrá tiempo suficiente ni la fortaleza
necesaria ni mucho menos la convicción de poder olvidar a una persona del todo.
Porque siempre algo de esa persona queda en el fondo de nuestro corazón, el
cual esa persona se llevó. Aun así intentemos empezar totalmente de cero, el
pasado es algo que jamás podrá borrarse ni menos arreglarlo. Y fue tiempo y momentos,
llenos de risas, palabras, emociones, lagrimas, sentimientos, y recuerdos que
quedaron en el camino, y ya está…
Después de tomar un café, descansando del estrés del
maldito trabajo que tengo, pues con mi madre nos pusimos hablar de cosas
varias, y había sucedido que le habían llegado unos comentarios un poco malos
por “culpa” de otra persona por así decirlo. Nada alarmante pero el simple hecho
que alguien interrumpa tu tranquilidad con algún comentario cruel o fuera de
tono, llena de rabia o impotencia. Pero como siempre, para esas cosas, oídos sordos.
No soy de contestar esos comentarios que hace la gente, los elimino y sigo.
Porque es dedicarle tiempo que puedes estar mejorando, y retrocedes y te bajas
a su nivel donde ellos son expertos.
Y eso que chingados tiene que ver con los recuerdos.
Simple. Hubo una época en la que recibí muchas críticas,
por cosas que para mí ahora son irrelevantes. No diré que no me dolió porque aún
me duele, pero ya no me inquieta ni me quita la paz ni menos la sonrisa, solo
es un mal recuerdo de una tormenta que duro mucho tiempo pero al final, no sé
si paro, pero sí sé que yo pude seguir adelante.
Pero algo que me toco el corazón fue que ella se sintió muy
impotente y con cólera por el problema y le dije que se calmara y que yo había sufrido
eso por años… Realmente ahora que lo pienso fue mucho tiempo que permití que me
lastimaran y que deje que dañaran no
solo mi imagen, porque lo que piense la gente de mi me tiene sin cuidado, sino
que digan cosas que no son, nadie quiere que mientan de lo que uno es y mucho
menos insulten y te hagan quedar como si fueras una porquería. Porque eso me
hicieron sentir, que era una porquería de persona. Y la gente que fue testigo,
lo confirmo.
Entonces me sentí rara, con un montón de sentimientos
revueltos en una “chanfaina” en mi corazón que bueno, tenía que soltarlo.
Porque ahora que ya me encuentro mejor, observo ese pasado con otros ojos, con
ojos de alguien que aprendió mucho. Y que ahora me siento más orgullosa y más
segura de mi misma. Porque lo que rescato de ese gran bardo que hubo, es que aprendí
a amarme más que nunca.
