Había olvidado porque te deje ir… Y cuando la realidad nos junta, todo es un remolino de palabras y desastres.
No sé si soy la única que tiene un libro enciclopédico de Momentos
Incómodos, separados en entre los peores y lo fatales a punto de quedar en coma
por una epilepsia o paro cardíaco.
Y para mí no hay nada peor que encontrarme con alguien después de mucho tiempo, que voluntariamente
había decidido construir un puente o en algunos casos un muro de contención para
tomar caminos separados, pero gracias a Aristóteles, Colon y los Chinos súper
sabiondo, que de tiempos inmemorables anunciaron que la tierra era redonda, pues estaba claro no.
¡Gracias, realmente gracias!
Bien en algún punto teníamos que volvernos a ver, más tarde
que nunca, pero ¿Por qué no pudo ser nunca? No claro, el destino quería ayudarme
en mi enciclopedia y a añadir una raya más al tigre.
Y a veces no sé qué es peor, encontrarte a un chico o a una
chica. ¿Y eso que? Pues porque ambos tienen boca, con la que hablan, y al
hablar te hacen preguntas y suelen ser preguntas nada oportunas como ¿Cómo has estado? ¿Qué has
estado haciendo? ¿Dónde te metiste? ¿Por qué me bloqueaste? ¿Por qué me
ignoras? ¿Acaso me estas escuchando? ¿Es que no has madurado? ¿No me superas? Y
blablablá, que la verdad me importa un rábano contestar, pero lamentablemente
tienes que hacerlo.
Mi madre siempre dice que los mande a freír espárragos. ¡Ya
si claro! Ojala fuera tan fácil, los espárragos están más caros ahora. Ok no.
No lo es, para mí no, decir “no” o mentir no está en mi vocabulario ni en mi
mente, lamentablemente soy un poco –mejor dicho bastante- torpe con las
palabras, y suelo quedar en ridículo, más por decir “cojudeses” que si realmente
si hubiese pensado un segundo más, solo uno más, hubiese sido mejor. Y peor, no es que me
invente la guerra de Troya y como liarla más por una tonta manzana, pero es que
mi caso es especial, porque cuando me dicen por ejemplo que estado haciendo o
que ha sido de mi vida, yo digo rápidamente por sonar natural con un “Nada,
normal como siempre”... empieza la odisea “¿Y no pudiste buscarme? ¿Acaso ya
no te importo? ¡Mala Amiga! ¡Ya no te quiero! ¡Mala ex! Espera… ¿Qué?
Ojala Meghan Trainor
hubiese aparecido cantando el coro de “No”, y ahí hubiésemos hecho un twerk masivo
y poder darme a la fuga. ¡Pero no madre no es tan fácil! ¿Dónde consigo espárragos?
Ya suficiente. No desviar la trama.
Mi punto es que, ahora que lo pienso mejor todo, no se
hablar bajo esa presión, y en vez de ser práctica y evasiva, soy directa y
cortante, que en vez de ayudarme, empeora todo. Y llego a la conclusión, es que
me olvido porque construí ese muro, porque me aleje, porque se apagó la llama…
el fuego que quemaba, ya se acabó la magia que nos envolvía, nuestro amor se
terminooooo, ya todo se acaboooo, rakim y ken-y… chino y nacho…. ¡Cielos! Amaba
esa canción, es muy feeling,
vamos ponla mientras lees.
¿Continuo? Es que siento que me estoy dejando en un ridículo
aquí muy fuerte, ya se entendió el punto, que por enredarme en mis opiniones y
no querer sonar cortante termino siendo más cortante y me sale el tiro por la
culata. Manejar este tipo de situación muy personal es embarazoso, porque uno nunca quiere sonar mojigata pero tampoco muy sobrada, y eso ahí donde me da epilepsia
en la lengua haciéndome hablar sin pesar. ¡Buen Trabajo Cerebro!
Y he tenido por ahí unas amigas que en vez de hacer el reencuentro
mejor y placentero, lo ponen incomodo con todas esas preguntas, que para mí están
de más. Para mí, dime lo que me quieras decir y cuando lo quieras decir, porque
no voy a intentar sacártelo, eso ya es tu decisión, porque si yo quiero te cuento
lo mío, y si yo quiero me quedo callada y ya. Y si nos dejamos de hablar fue
por… para que importa, es el pasado pisado, presente es lo importarte, el hoy,
el futuro es… ¿salir en el futuro? Claro, espera que yo te aviso… ¡Corre!
