Unida la Costa, unida la Sierra, unida la Selva, contigo
Perú. Te daré la vida y cuando yo muera,
me uniré en la tierra contigo Perú.
Tenía un millón de cosas que decir, de la cual pueden ayudar
pero también confundir. Por las noticias, está más que claro que mi país está
en un riesgo total. La madre naturaleza ha atacado con gran magnitud a varias ciudades
en distintos departamentos en mi país. Dejando un alto porcentaje de pérdidas
en todo tipo.
Las pérdidas son dolorosas, desde familiares y objetos
personales (como carros, lavadoras, cocinas, bicicletas) hasta la luz y el
agua. Y las que yo considero igual de dolorosas, los cultivos de alimentos y
animales de granja. Es impresionante como las desgracias naturales no avisan,
llegan y se presentan sin ningún aviso, siquiera a tener un poco de guarnición o
algo. Y eso es una de las cosas que más me entristece, porque mi País no estaba
preparado para un desastre de tal magnitud, un poco justificado porque aquí no
suceden tales desastres, ya que mi país no es un lugar donde suceden ni tornado
ni maremotos (que son los desastres más comunes, en teoría). Entonces eso es lo
más doloroso, en mi punto, porque ver a la gente desesperada porque esto no sucedía
hace años, y no hay como una fuente segura del cual sujetarse.
Lo que admiro bastante es que si somos bastante ingeniosos,
lo llevamos en la sangre, y lo bueno es eso y se rescata, ya que como la ayuda
estaba tardando, por los motivos obvios del desastre, se podía ver cómo la
gente se las ingeniaba para poder sobrevivir, y sobretodo ayudar a los demás.
Las cosas están bastante tensas por aquí, se puede sentir en
el aire, se puede ver en las noticias, incluso en las redes sociales. La gente
se siente impotente a la falta “de”, por lo que hace en solo “sobrevivir” lo
que más puedan.
Pero hay algo que quiero dejar en claro, y es que el
gobierno si está ayudando, si hay ayuda, no es tan grande porque como explique,
esto no sucedía hace muchísimos años atrás. Entonces lo menos que debemos hacer es reclamar, es
apuntar con un dedo y culpar al gobierno o al mismo presidente porque ni ellos sabían
que esto sería de tal magnitud, porque las desgracias no tocan a nuestra
puerta, solo suceden.
Es tiempo de actuar, no de reclamar. Es tiempo de ponerse la
camiseta (como decimos aquí) y ayudar a los más necesitados. Ya sea con
donativos o ayudando a la reconstrucción y sobre todo con el poder de la Oración.
Orar por nuestra nación y sobre todo por la gente, que pueda mantener la calma
hasta que todo pase.
Porque como dicen por ahí, no hay mal que dure para siempre. Arriba Perú.